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11 septiembre, 2018La vuelta al trabajo y a la rutina es dura. Por eso en IPSOIDEAS queremos empezar septiembre eliminando de nuestro vocabulario la expresión depresión postvacacional. Vamos a cambiarla por síndrome postvacacional. El término “depresión” no debemos emplearlo a la ligera aunque lo estemos oyendo constantemente. Volver al trabajo, a los horarios, los compañeros, jefes…en definitiva retomar las responsabilidades del día a día es duro, pero no inducen un estado depresivo clínico.
¿Qué es la depresión?
Enfermedad o trastorno mental que se caracteriza por una profunda tristeza, decaimiento anímico, baja autoestima, pérdida de interés por todo y disminución de las funciones psíquicas.
Síndrome postvacacional
Es muy parecido al estrés y/o ansiedad. Es como si volviéramos agotados de las vacaciones.
- Bajo estado de ánimo.
- Decaimiento.
- Apatía.
- Falta de energía.
- Sensación de hastío.
Y, ¡¡claro!! con todos estos síntomas nos parece imposible volver al trabajo, pero como no podemos estar de vacaciones eternamente…
Por tanto, debemos sustituir el término depresión postvacacional por síndrome postvacacional. Este último produce una sensación general de tristeza o falta de motivación al incorporarnos a nuestro trabajo.¡¡Sobre todo si pensamos que tiene que pasar tooodo un año para disfrutar de unas nuevas!!
¿Qué podemos hacer para evitar – un poco- el síndrome postvacacional?
Pues, como todo en esta vida, intentar prevenirlo en la medida de lo posible:
- Volver de las vacaciones un par de días antes de nuestra incorporación al trabajo. Necesitamos un período de adaptación para prepararnos física y mentalmente. Sé que es difícil porque siempre queremos aprovechar hasta el último minuto.
- Reanudar nuestras actividades extralaborales (gimnasio, manualidades,…) para adaptarnos a la rutina del periodo laboral.
- Moverse durante las vacaciones. Aunque vayamos a descansar debemos mantenernos un poco activos.
- Adaptar los horarios a los habituales de forma suave y progresiva para retomar nuestros ciclos de sueño.
- Aprovechar los momentos de descanso para hacer actividades que nos resulten agradables.
- Intentar relajarnos para paliar el “choque de realidad que nos espera”
- Volver con actitud positiva. La botella siempre medio llena, nunca medio vacía.
En definitiva, tomarse con calma la vuelta a la rutina es un factor clave. Debemos evitar, en la medida de lo posible, no volver el primer día de la empresa con trabajo a casa.