La dura realidad del mundo de las ventas

Muchas personas me han dicho que trabajar en ventas es una suerte porque lo ven como sinónimo de libertad, autosuperación y de comisiones que pueden cambiarte la vida. “Tú manejas tu tiempo”, me dicen con alegría. Pero quienes vivimos el día a día en las ventas sabemos que la realidad es mucho más compleja de lo que parece. Hoy quiero hablarte precisamente de la dura realidad del mundo de las ventas. Algo de lo que casi nadie habla.

Creencias externas acerca de las ventas

La falsa promesa de libertad

Uno de los mayores mitos de trabajar en ventas es la idea de la flexibilidad horaria. La teoría es que puedes organizar tu tiempo como quieras. La práctica, consiste en estar disponible todo el día para contactar con los posibles clientes: responder mensajes fuera del horario laboral, agendar llamadas los fines de semana o perseguir de forma rápida y constante un aviso para intentar cerrar la venta antes que otros

Mi experiencia es “La mayoría de los días trabajo más que un médico de guardia” ¿A esto se le puede llamar libertad horaria?

El espejismo de las grandes comisiones

Sí, las comisiones pueden ser muy atractivas. Pero siempre están condicionadas a objetivos bastante altos que no siempre dependen únicamente del esfuerzo del vendedor. Existen variables como: altibajos del mercado, decisiones internas, productos o servicios poco competitivos, etc… que pueden convertir esa comisión en una ilusión.

Mi experiencia es: “Los tres primeros meses del año siempre me generan estrés porque no hay manera de alcanzar los objetivos. Con el paso del tiempo ya interiorizas que son meses complicados en nuestro sector. Lo llevo mejor pero tampoco fenomenal”

Vivir con el rechazo diario

Vender implica escuchar “no” infinitas más veces de las que se escucha un “sí”. Este rechazo no es solo profesional, es personalizado, directo y muchas veces grosero. Aprender a manejarlo emocionalmente no es fácil ni rápido.

Mi experiencia es “La gente que no vende, te dicen que no te lo tomes de manera personal, pero cuando alguien te cuelga o te trata mal por solo hacer tu trabajo, ¿cómo no vas a quedar tocado?”

La presión detrás de cada venta

En ventas, lo queramos o no se piden resultados en cada contacto. Esa presión constante por los objetivos termina pasándote factura y te lleva a padecer cuadros de ansiedad. Es como una carrera de fondo que hay que alcanzar porque los números no perdonan.

Mi experiencia es “Cumplí los objetivos el año pasado, y lo único que conseguí es que este año sean más altos. Sientes que nunca es suficiente.”

Por eso hoy, desde mi experiencia en Ipsoideas, quise escribir sobre la dura realidad del mundo de las ventas. Un aspecto sobre el que poco se dice. Detrás de cada contrato cerrado hay muchísimos “no”, mucha presión y un esfuerzo que casi nadie ve. No lo cuento para desanimar, sino para que tomemos conciencia: vender es clave para que cualquier empresa funcione, y es una tarea en la que todos deberíamos contribuir.

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