¿Han muerto los eventos presenciales?

Hace año y medio, con la llegada de la pandemia, se anularon todos los eventos o se trasladaron al ámbito digital. Esto permitió seguir adelante con actos corporativos, formaciones, etc. Pero, cuándo, de verdad, volvamos a la normalidad ¿Qué va a pasar con estos eventos digitales? ¿Van a sustituir a los presenciales? ¿Se van a complementar? o ¿Han muerto los eventos presenciales?

Para saber un poco el futuro que nos espera sobre este tema vamos a ver las principales ventajas de unos y otros.

Ventajas de los eventos digitales

No debemos ser ingenuos, los eventos digitales han venido para quedarse. Son una buena opción para determinadas acciones como: dar una formación sobre un tema puntual, presentar en nuestra empresa un nuevo producto o incluso para organizar un encuentro entre compañeros de distintos departamentos. Algunas de sus ventajas son:

• Gran ahorro de costes: no hay que alquilar una sala ni dar un piscolabis a los asistentes, ni gastar en desplazamientos de los ponentes, por ejemplo.

• No existe limitación de aforo: en principio, pueden acudir todas personas que tenga conexión a internet.

• Medición los resultados del evento los obtenemos desde el minuto cero.

• Ahorro de tiempo para la organización ya que no se tienen que encargar de hacer multitud de reservas.

Ventajas de los eventos presenciales

Con la llegada, de la llamada “nueva normalidad” empiezan a organizarse los primeros eventos presenciales. Eso sí, en todos ellos, nos remarcan las medidas de seguridad a los asistentes. Y, sus ventajas:

• Fortalece relaciones entre los distintos profesionales que participan. Estamos rodeados de personas que nos une un mismo objetivo y, por tanto, somos proactivos.

• Genera mucha visibilidad. En todos los eventos presenciales se combina la promoción física con las RRSS o una plataforma de stream para llegar a muchas más personas.

• Tiene mayor impacto económico para los hoteles, restaurantes, proveedores del evento, etc. Involucra a un mayor número de actores y, por tanto, genera un mayor volumen de ingresos.

• Trato cercano con el resto de los asistentes. No es la frialdad de estar tú solo delante de una pantalla.

• Desconexión de tu día a día. Salir de nuestro lugar de trabajo hace que cambiemos de actividad y volvamos con las pilas recargadas.

• Gran reconocimiento de marca. Desde que entramos por la puerta miremos dónde miremos siempre aparece el logotipo del organizador, así como el de sus colaboradores. Nos entregan bolsas, flyers, catálogos y detalles publicitarios que hace que recordemos siempre el evento.

Los eventos digitales han sido cruciales pero lo ideal es el evento semipresencial (parte online y parte física). Por tanto, nuestra respuesta a ¿han muerto los eventos presenciales? Es un no rotundo. Eso sí, hay que adaptarlos a los nuevos tiempos.

¿Qué opináis?